el gallinero de cipriani

"Un vecindario un poco impresentable" fue la frase con la que, siempre jocoso, siempre oscuro, siempre reaccionario, el ilustre Cardenal Cipriani, el mismo que calificó de cojudez a los DDHH, el mismo que puso un cartel escrito a mano en la puerta del arzobispado, como quien pone el precio del menú en un cartón de ambulante, "no se aceptan reclamos sobre Derechos humanos", el mismo que condenó a Pizango y su lucha por los derechos de los indígenas, el mismo que se expresó a favor de la pena de muerte ...de un sólo hombre, el mismo que criticó a sus colegas por opinar dentro del marco político, exigiéndole al cura ecológico Premio Nacional de Derechos Humanos 2004, Marco Arana, renuncie al sacerdocio para hacerlo, calificó, en su programa radial, dentro del marco político internacional como acostumbra, sin tener que renunciar a la sotana, a la cumbre extraordinaria de la Unasur

postura endeble

Hace unos días, purgando y revisando correos antiguos dejados atrás, en el olvido, para dejar con buena salud mi tan desordenado, como yo, correo electrónico, hallé uno de nuestra profesora López, del Blog Puedo tocar el Futuro, profesora que tanto se hace extrañar con su, como diría Trova, frescura femenina en los comentarios. Este Mail, al parecer y seguro por mi tan habitual -mea culpa- distracción, no había sido leído ni satanizado por mi barbarie presencia, cosa que acabo de enmendar. Era un enlace a un artículo de un Portal católico con el título de No creo en Dios, soy ateo, con el que, de seguro, en su generoso afán docente, Bea buscaba que corregir o, por lo menos, evidenciar, el sendero oscuro y errado, por el que confeso, transito en mi condición de ateo contumaz. Sin embargo, extendiéndome en la lectura del Post revelador, caí en duda acerca de las sibilinas intenciones de la educadora. ¿Era pues su fin, su objetivo, abrirme el camino a la luz y la verdad teocrática para enderezar y aplacar mi rebeldía al axioma celebrado por todos? ¿O era un cimiento camuflado para consolidar mi ya torcido concepto del hacedor de todo?

fiestas patrias y culturales

El mes de Julio no es sólo el onomástico patrio sino también la oportunidad de participar en fechas en las que se celebra cultura a lo largo del país. Hasta no hace mucho, un lleno total entre gritos y algarabía en su primera fecha, por la llegada de un artista, impresionaba a propios y extraños; e impresionaba porque no se trataba de algún joven sin pelo en pecho, fabricado de una producción porcelanada dispuesta a provocar llanto y grito en alguna puber con las hormonas estallando, tampoco algún actor de telenovela con desmayos menopáusicos entre las féminas trabajadoras del hogar, menos aun, algún pelucón que a suerte de meneo capilar provoque en un mar de público fuertes oleajes como maretazos de vellos cornificados al compás de fustón a rabiar, ni algún grupo de tipos con sobrepeso con aspecto de barristas de norte o sur, camuflados en trajes que a ritmo de cumbias mal tocadas, hagan menear cinturas y masifiquen el consumo de cerveza; era Joaquín Salvador Lavado, más conocido como Quino, el agudo y célebre humorista gráfico argentino, autor de la mundial Mafalda, en la inauguración de la Feria del Libro en Lima, el jueves 23 de Julio pasado, que por primera vez se celebra en el Vértice del Museo de la Nación entre las avenidas Aviación y Javier Prado, en San Borja, esperado con ansias por centenares de admiradores, en su mayoría y para sorpresa del propio Quino, adolescentes, con algún libro de Mafalda en mano, haciendo largas filas por más de 3 horas para ver estampar en sus ejemplares, un autógrafo.

tino

Hace unos días y en esos mails que se disparan como cadenas interminables me llegó uno de esos provenientes de mi pata Paulo y con el que me maté de risa; he aquí algunas de las fotos que contenía el bendito mail, en un mes tan peruano como nosotros mismos.

Si tan sólo, todos...

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© Robert Capa. Agencia Magnum.

Al fin de la batalla,

y muerto ya el combatiente, vino hacia él un hombre

y le dijo: "No mueras, te amo tanto!"

Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

arca de noé

En abril de este año había mencionado en un artículo el costo que significa la iglesia católica para el ciudadano común en el Perú, ya sea católico, evangelista, mormón, musulmán, agnóstico o ateo como yo, etc. Es pues que no interesa la creencia que en pleno uso de nuestra libertad legal podamos hacer culto, igual tenemos la obligación, como contribuyentes, de mantener, al pagar nuestros impuestos, con sueldos equilibrados según el cargo del clero en paralelo con los cargos de estado, a por ejemplo, el Cardenal Cipriani, con la módica suma de 15,600 soles mensuales, $4800 aprox; el mismo sueldo de un Ministro, según y gracias al Concordato Estado Peruano-Iglesia Católica, Decreto-Ley N° 23211, firmado el 24 de julio de 1980, durante el gobierno defacto del nefasto y muy animal Morales Bermudez; tratado entre el Vaticano y el Gobierno Peruano que pese a practicarse sin vergüenza alguna, nunca fue ratificado por el Congreso...

ósculo perdido

He oído innumerables veces "él (o ella) sí sabe besar". No sé, en mi limitada experiencia, si habrá alguna técnica de sibilino origen que haya emulado una corriente de diestros exponentes en dicho arte ¿Hay alguna escuela? Por lo pronto, no estoy enterado de alguna queja hacia mi persona, espero no haya. Creo, mas bien, que es una suerte de empatía, como también, innumerables veces he oído decir; una suerte de química entre una pareja que, atraídos por el físico y/o la personalidad, encuentran en el acercamiento de sus labios, aquellas sensaciones que provocan pecar con continuidad, más de una vez, en cada momento que estos se encuentren cerca.

Existen diversos y un conjunto de motores y motivaciones dentro de una misma pareja que provocan dicha empatía, pero hablando estrictamente del Beso, esto no ocurre con frecuencia ya que por cuestiones culturales y de educación, los estilos varían desde un inocente piquito hasta un atragantamiento sofocante en que en algún momento una de las lenguas pareciese desprenderse de la anatomía original para investigar e invadir, emulando a un Pizarro o Cortés, los interiores del cuerpo ajeno, como apoderándose de él, escurriéndose por cada rincón como buscando que conocer el estómago, con una resultante en que ambos quedan total y chiclosamente embabados.