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lunes, 6 de enero de 2014

Concentración de medios: Entre la libertad de prensa y de información


En estos días, luego de un largo silencio en busca del olvido o tal vez la indiferencia, a raíz de una bomba puesta por el nobel Mario Vargas Llosa, se ha despertado un enfrentamiento político y mediático en el que incluso se ha inmiscuido el presidente Ollanta Humala. Sucede que el 21 de agosto sin tanto bombo y platillo, el Grupo El Comercio había adquirido el 54% del Grupo Epensa de la familia Agois que publica los periódicos “Correo”, “Ojo”, “Ajá” y “El Bocón”, haciéndose de casi el 80% del mercado en el Perú. Lo que parece ser una transacción entre particulares que nada atañe a terceros ha suscitado que el tema de la concentración de medios prohibido constitucionalmente sea puesto en el tapete ¿La transacción vulnera los derechos constitucionales de la población?





Retrocedamos un poco. El día lunes 19 de agosto, a sólo dos días de que la transacción fuese pública, el periodista Jaime De Althaus, en su programa La hora N, de Canal N, también del Grupo El Comercio, afirmó sin mencionar fuentes ni pruebas que detrás de la oferta del Grupo La República, el otro postor para la compra de las acciones de Epensa, existía una componenda política en línea con los intereses del presidente ecuatoriano Rafael Correa, es decir, nuevamente el fantasma del Chavismo y los Correa salían a relucir para convertirse en el peligro de la libertad de prensa y del libre mercado (Así como en las últimas elecciones con respecto al otrora candidato Ollanta Humala). Días después, De Althaus desmintió la noticia, pero el fantasma ya había circulado nuevamente en la opinión pública. El lunes 26 de agosto, en el suplemento económico de El Comercio, Día 1, se deslindó otra noticia del mismo tipo. “¿Grupo RPP con nuevo accionista?” era el titular de la nota en que señalaba que “un importante grupo español se habría hecho del 51% del Grupo RPP, propietario de las radios RPP, Capital, Studio 92, Felicidad y Oxígeno, además del canal de cable RPPTV”; ese mismo día, el presidente del directorio del Grupo RPP, Hugo Delgado Nachtigall, desmentía en un correo interno dirigido a sus empleados dicha falacia ¿Por qué empezaban a circular noticias dentro de los medios del Grupo El comercio de ese tipo? En el correo interno que Delgado enviara a sus empleados parecía esbozar una respuesta: “Quiero desmentir categóricamente lo descrito en esta nota, la cual carece de veracidad, no tiene ningún fundamento real y parece haber sido escrita con una intención clara de distraer a la opinión pública ante otro hecho reciente de adquisición del Grupo Epensa por parte del Grupo El Comercio”. Si esto fuese así ¿Para qué distraer a la opinión pública sobre una transacción de particulares perfectamente legal?

Veamos, según cifras de la Sociedad de Empresas Periodísticas del Perú (SEPP), antes de que el Comercio se hiciera de la empresa de los Agois, la participación de Epensa en el mercado nacional de venta de ejemplares de diarios era de 28,56% mientras que el Comercio tenía 49,3 % y el Grupo La República 16,39%. Con esta transacción el Grupo El Comercio subía su participación en el mercado a 77.86%. Es decir, de cada 10 medios que uno pueda encontrar en un quiosco, 8 son de El Grupo El Comercio (9 de los 12 diarios de circulación nacional).



"El Estado facilita y vigila la libre competencia. Combate toda práctica que la limite y el abuso de posiciones dominantes o monopólicas. Ninguna ley ni concertación puede autorizar ni establecer monopolios. La prensa, la radio, la televisión y los demás medios de expresión y comunicación social; y, en general, las empresas, los bienes y servicios relacionados con la libertad de expresión y de comunicación, no pueden ser objeto de exclusividad, monopolio ni acaparamiento, directa ni indirectamente, por parte del Estado ni de particulares" 
Constitución Política del Perú
Artículo 61



A inicios del 2013, Gustavo Mohme, presidente del Grupo La República volvió hacer de conocimiento de los accionistas de Epensa su interés por adquirir el 100% de las acciones de su empresa. No era la primera vez que el Grupo La República, así como el de El Comercio se acercaban a la familia Agois. En ese momento el accionariado de Epensa estaba dividido en dos grandes grupos: un 54% pertenecía a Enrique Martín Agois Paulsen (34%) y a Marcia Mindreau de Agois (20%), mientras que el restante 46% estaba en propiedad de sus hijos, los hermanos Luis Manuel, María Gabriela, Carlos Óscar Luis, y Rossana Bernardita Agois Banchero y de Olga Ana Rosa Banchero Rossi de Salazar. Eran los hermanos Agois Banchero –accionistas minoritarios– quienes tenían a su cargo la gestión de Epensa. Después del paso de Aldo Mariátegui por la dirección del diario Correo del Grupo Epensa y una desastrosa gestión que lejos de alcanzar metas trazadas, provocara la reducción significativa de sus ventas, y un daño relevante a sus finanzas (razón por la que fuera despedido), las posibilidades de que haya intención de venta crecían.

A finales de julio, por intermedio de una carta poder de Enrique Agois Paulsen, Marcia Mindreau de Agois, su esposa, negociaba según el deseo de ambos, la venta de las acciones correspondientes a la pareja (54%), a La República. Ambas partes llegaron a un acuerdo el 21 de julo: Mohme y Mindreau firmaron ceder las mencionadas acciones por US$17,2 millones, para lo cual abrieron una cuenta Escrow (cuenta intermedia entre vendedores y compradores, bajo las condiciones del contrato de compra-venta) en el Banco Financiero. Mediante carta notarial se informaba del acuerdo a los demás. Los Agois Banchero, es decir, los accionistas minoritarios, quienes tenían 30 días a partir de esa fecha para ejercer su derecho de preferencia, participando con un monto mayor al ofertado por la República, se opusieron a la transacción. Carlos Agois Banchero había solicitado ante el 23 Juzgado Especializado en lo Civil de Lima, algunos meses antes, la nulidad de la carta poder otorgado por su padre a Marcia Mindreau para que disponga de sus acciones, argumentando que “son relativamente incapaces los que adolecen de deterioro mental que le impida expresar su libre voluntad”. El 19 de agosto, la jueza Hilda Sancarranco Cáceda declaró “inadmisible” la demanda interpuesta por Carlos Agois contra su padre. Al no conseguir anular la carta poder en el juzgado, y con esto el acuerdo entre La República y Marcia Mindreau, el abogado de los hermanos Agois Banchero, Enrique Ghersi, y el asesor de imagen, Freddy Chirinos, miembro del directorio de Epensa, iniciaron la búsqueda de posibles socios que remplazaran a Mohme y anular el acuerdo entre ambos grupos para antes de que acabe el plazo fijado: Había muy poco tiempo. Por encargo de El Comercio, Gianfranco Castagnola, director gerente de Apoyo, a quince días de vencerse el plazo, se reuniría con Agois para hacerle llegar nuevamente su interés por Epensa, con una oferta mejor que la que le propusiera en el 2005. El 20 de agosto, a menos de un día de cumplirse el plazo, los cinco hermanos Agois Banchero suscribieron un Contrato de Emisión de Confianza con la editora El Comercio, y el Banco de Crédito. El banco precisó en el contrato que: “A efectos de que los compradores paguen el precio a los Vendedores, EEEC (El Comercio) ha otorgado un préstamo a favor de los primeros por US$ 17,2 millones, el cual ha sido depositado en una cuenta Escrow, en su institución bancaria”. Es decir, los hijos mediante préstamo de El Comercio se hacían de las acciones en venta, haciendo uso de su derecho de preferencia y se lo daban por la misma suma, también a El Comercio. Al día siguiente, último día de plazo, se giraron dos cheques de gerencia que el 22 de agosto fueran anulados. Una transacción que normalmente lleva meses, entre valorización, acuerdo de socios, contrato de compra-venta, etc. en este caso, se llevó a cabo en menos de quince días, y el Grupo El Comercio y Epensa hicieron efectiva la compra bajo exactamente el mismo costo acordado con el anterior postor, US$17,2 millones. Era evidente la preferencia de los hijos Agois por este grupo editorial, seguramente por la línea editorial.

Sin embargo resulta curioso, por decirlo menos, el giro de dos cheques anulados al día siguiente de la fecha límite, que el prestamista sea el comprador final, que el dinero para un préstamo se haya convertido en dinero de compra del mismo prestamista. Cabe mencionar que si bien es cierto los accionistas minoritarios tienen preferencia de compra por encima de un acuerdo previo con terceros (dentro de 30 días y con una oferta mayor), como dice la ley, en caso que el derecho de preferencia haya sido simulado para beneficiar al otro postor, la venta debería ser anulada. Pero ese es otro tema.



"Resumiendo muy brutalmente: Epensa (Correo, Ojo, Ajá, etc) estaba a la venta. Chicho Mohme, dueño de La República, iba a comprar pero, finalmente, El Comercio acudió al rescate de la familia Agois (que no quería vender a un grupo de izquierda)" 
Marco Sifuentes
Periodista



En los meses siguientes de la compra, mientras que el Grupo El Comercio se esmeraba por mantenerse en silencio, el Grupo La República emprendió una campaña en contra de lo que consideraba un inconstitucional acaparamiento o concentración de medios. Algunos dirán berrinche de perdedor. Con el 80% de medios en silencio, poco pudo hacer su 16%. El pataleo no tuvo repercusión en la opinión pública. En octubre el caso llegó hasta la Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), en Denver, Colorado. En el debate intervinieron Marco Zileri director de Caretas, Chicho Mohme del Grupo La república, ambos cuestionando la compra y Luis Agois de Epensa, Paco Miró Quesada, Alejandro Miró Quesada y Fritz Du Bois todos ellos del grupo El Comercio, e Iván García de Frecuencia Latina apoyando la compra. Además de la intervención de Edward Scharfenberg, del IPYS venezolano.







"El problema es que se pierde la diversidad y se quiere uniformizar una sola versión. Muchas veces esos poderes tienen detrás poderes económicos que en muchas ocasiones hacen asociaciones con el poder político y eso termina debilitando a la democracia, a los consumidores y afectando  a los periodistas" 
Emilio Álvarez Icaza Longoria
Secretario Ejecutivo
Comisión Interamericana de Derechos Humanos CIDH
05 de septiembre de 2013



El 18 de noviembre, para sorpresa de todos, Enrique Zileri Gibson, director fundador de la revista Caretas, Luz Helguero Seminario, directora de El Tiempo-Piura, Gustavo Mohme Seminario, director de La República, Fernando Valencia Osorio, director de Diario 16 y los periodistas Augusto Álvarez Rodrich, Miroslav Lauer Holoubek, Rosa María Palacios Mc Bride y Mario Saavedra-Pinón Castillo, presentaron una demanda de Acción de Amparo ante la Mesa de Partes de la Corte Superior de Justicia de Lima contra, según su sustento, la concentración de medios de prensa escrita en el Perú, solicitando se anule la compra de Epensa por El Comercio por evidenciar un acaparamiento de medios de comunicación prohibido por la Constitución y por afectar, además, la libertad de información y el pluralismo informativo. 







Para el domingo 29 de diciembre el escribidor había dejado la mecha encendida. En una entrevista publicada ese día, Vargas Llosa hacía pública su preocupación ante la adquisición de acciones del Grupo El Comercio, horas más tarde, en manos (o en boca) del presidente estalló. En una extensa entrevista que el presidente Humala concediera a las periodistas Mávila Huertas de Canal N, y Josefina Townsend de TV Perú, a modo de despedida del 2013, esta última, Townsend, le pidió su opinión sobre las declaraciones del nobel respecto a este tema. Humala respondió: “Plenamente. Es una vergüenza que en el Perú estemos teniendo un grupo que prácticamente sea el dueño de los medios de comunicación. Eso es peligroso”. Cuando le indicaron que la asociación no es ilegal, el presidente contestó: “No es ilegal. Ahorita no es ilegal”.






“El presidente tiene todo el derecho a opinar sobre un asunto de alto interés público, como el que se está debatiendo desde las portadas de los periódicos, pero nos parece conveniente que su gobierno de mantenga al margen en el contencioso para que éste sea dirimido en los ámbitos correspondientes (...) se ha planteado en el país (Perú) un hecho que se interpreta como eventual riesgo para el ejercicio de la libertad de prensa, a raíz de la compra en agosto del paquete mayoritario de EPENSA por parte del Grupo El Comercio” 
Claudio Paolillo
Presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP



Con esto, El Comercio despertó y al día siguiente el 80% del mercado asimilaba opiniones que se asemejaban al de la portada de su diario principal: Humala lanza velada amenaza contra la libertad de expresión... En el desarrollo de la noticia aseguró que "El mandatario atacó la actividad empresarial en los medios de comunicación" Apocalipsis Now




Claro ejemplo de cómo la misma noticia puede ser presentada de forma opuesta (Fuente: Útero.pe)



“Humala y los suyos deberían sentir una pizca de vergüenza por ese comunicado de la SIP reprendiéndolo hoy por meterse con la prensa” 
Álvaro Vargas Llosa
periodista



Más allá de la no sorprendente y ya habitual torpeza del presidente al expresar sus ideas que, de paso sirvió de caballito de batalla para que El Comercio centrase su defensa en una "supuesta amenaza a la libertad de prensa", lo cierto es que un sólo pensamiento y un solo filtro que administre casi el 80% del acceso a la información pública, limita el derecho de todos a la pluralidad, a disponer de la más amplia variedad posible de fuentes de información y de opinión. Por el contrario, promueve mantener a la mayoría sujetos a versiones que partan de una misma postura y punto de vista. Teniendo en cuenta que un mismo hecho puede ser presentado diametralmente distinto según los intereses del autor, reducir significativamente la posibilidad de escoger fuentes, resulta peligroso para la democracia.




(Captura: Útero.pe) Como dice Marco Sifuentes: "No, no es un episodio de Fringe"



Cuando el IPYS se pronunció sobre las declaraciones del presidente, el 80% de la prensa nacional, vale decir El Comercio, en el momento en que detallaba el pronunciamiento a lo largo de su artículo, se comió sin reparo alguno la parte en que cuestiona la concentración de medios: "Desde hace más de una década, el IPYS sostiene que la concentración de la propiedad de los medios encierra potenciales amenazas contra la libertad de expresión. Respecto de la adquisición de EPENSA por El Comercio, planteamos un amplio debate sobre medidas que impidan, democráticamente, la concentración de la propiedad de los medios o su monopolio, conforme al mandato constitucional". Hace menos de una semana, en el mismo contexto, cuando La juez Lizy Béjar Monge admitió a trámite la acción de amparo en contra de El Comercio, no hubo una letra acerca de este hecho en el 80% de los medios, sólo hasta cuando hizo efectiva su denuncia a esa misma juez ante la OCMA por aceptar la demanda, argumentando que la firma del especialista legal que consta en la resolución ya no trabaja en el juzgado. En otras palabras, de acuerdo a la conveniencia y opción de un sólo grupo, se determina la información a la que tiene acceso el 80% del mercado.




"El próximo dictador no tendrá que comprar medios, como Fujimori. Sólo coordinar con los dueños de El Comercio" 
Gustavo Faverón Patriau
Periodista





Dedo Medio buscó la noticia de la admisión de la
demanda en varios de sus medios sin hallar nada



El grupo el Comercio, por su lado, asegura que el haberse adjudicado del casi 80% del mercado, no significa la vulneración de la pluralidad ni del derecho a la información y que, por el contrario, es sólo el resultado del éxito empresarial que su grupo ha conseguido legítimamente gracias a la preferencia del lector: "Están penalizando el éxito", sentencia. Asegura que el hecho de que 9 de 12 diarios de circulación nacional sean controlados y administrados por ellos no limita la diversidad de fuentes de información ni contradice la función del estado de "Combatir el abuso de posiciones dominantes": Hay más de 60 diarios en todo el Perú. Para sustentar que no hay peligro a la pluralidad, que siempre se conservará la corriente independiente del medio obtenido, alega que en el acuerdo de la adquisición de Epensa, el grupo minoritario seguirá a cargo de la línea editorial y el contenido.



"No es suficiente. Justamente porque lo que importa es lo económico. ¿Quién paga a los periodistas? Ellos. En el fondo es bien difícil pensar que se está ganando pluralidad cuando en realidad se está restringiendo la pluralidad (...) Si no hay diversidad de voces, no hay democracia." 
Rosa María Alfaro
ex directora de la Asociación de Comunicadores Calandria



Sin embargo resulta suspicaz, por decirlo menos, que una vez adquiridas las acciones, el 3 de setiembre del año pasado se removiera a los miembros del directorio de Epensa y de los cinco que la conforman, tres sean del Grupo El Comercio, José Antonio García Miró Quesada, Luis Miró Quesada Valega, y César Pardo Figueroa, con Luis Agois presidiendo el directorio pero sin voto dirimente; peor aun, con este acuerdo el Comercio administraría la impresión, la distribución del medio, y finalmente la publicidad, es decir, control económico del producto y de lo que va o no impreso ¿En verdad está garantizada la pluralidad?



"¿Por qué al GEC le interesó la parte logística, productiva y comercial del negocio de Epensa? Porque sin duda ello permitirá aprovechar sinergias, rentabilizar más sus diarios y así fortalecerlos en un contexto en el cual el futuro de la prensa escrita es incierto. Dicho sea de paso, este modelo que busca sinergias entre empresas editoras se aplica con éxito en países como el Reino Unido, donde los diarios mantienen su independencia y nadie cree que suponga una amenaza a la libertad de expresión, sino todo lo contrario" 
Artículo La historia de la operación entre El Comercio y Epensa
Diario El Comercio
domingo 05 de enero del 2014



Los que defienden la adquisición del Grupo El Comercio sostienen que cualquier tipo de impedimento, límite o regulación, ya sea vía judicial o legislativa constituye una violación a la libertad de prensa, asegurando que dichas medidas sólo se dan en gobiernos como los de Venezuela de Chavez (O Maduro) y el Ecuador de Correa (Nótese nuevamente el regreso de los fantasmas enemigos del libre mercado) y no en países "democráticos", "desarrollados", "civilizados", y "maduros" (por citar algunos de los adjetivos más resaltantes que he podido recoger). Algo de razón hay, teniendo en cuenta de que una investigación realizada por Mastrini y Becerra, del IPYS en el 2008 mostró altas y crecientes tasas de propiedad concentrada en las cuatro empresas periodísticas de mayor facturación en países de latinoamérica como Brasil, Argentina, o Chile, es decir, tienen razón en que no hay en latinoamérica un modelo de donde escoger. Pero ¿Qué dicen los países de ese mundo democrático, desarrollado, civilizado y maduro, citados constantemente; Cuál es su postura sobre la Concentración de Medios y las "limitaciones Velasquistas", como llaman a las propuestas que se oponen a la fusión Comercio-Epensa? Un detalle clave para saberlo es que la libertad de información también ha sido consagrada como corolario del derecho humano básico de la libertad de expresión en otros instrumentos internacionales importantes como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1966) y la Convención Americana sobre los Derechos Humanos (1969). La Unesco por ejemplo, en su estudio publicado el 2008 titulado “Indicadores de Desarrollo Mediático: Marco para evaluar el desarrollo de los medios de comunicación social” señala que se “deben tener el poder de hacer desinvertir en las operaciones mediáticas cuando se amenace la pluralidad o se alcancen NIVELES INACEPTABLES DE CONCENTRACIÓN, e imponer sanciones cuando sean requeridas”. ¿Sería viable que el 80% producto de la compra de El Comercio esté dentro de ese nivel aceptable de concentración al que se refiere el informe, ese que garantice la pluralidad de información? 

Primero hay que entender lo que es la Concentración del Mercado, en este caso de Medios. Muchos creen o asumen equivocadamente que está relacionado con el número de medios que una Compañía o Grupo administre (Hay 60 periódicos en el Perú: Controlar 9 no constituiría acaparamiento). Esto es absurdo, una compañía puede constituir abuso de dominio con una sola empresa bajo su control frente a diez que le hagan competencia dependiendo de su presencia en el Mercado. La Concentración del Mercado, o Concentración Horizontal, para tenerlo en claro, se refiere a la repartición del mercado de las empresas de determinado rubro. La medición de la misma se determina con el Índice de Herfindahl-Hirschmann cuyo cálculo se basa en la cuota de mercado, es decir, en el porcentaje de ventas de una compañía del total del mercado disponible, no en el número de medios que tenga bajo su control; y el dominio de una sola empresa o grupo no permite el equilibrio del mercado, en desmedro de la competencia, y en el caso de los medios, también de la pluralidad de información. Es por esa razón que en países "democráticos", "desarrollados", "civilizados", y "maduros" como los que irónicamente los defensores de la adquisición de Epensa citan -y respondiendo a la pregunta del párrafo anterior-, tienen un límite de concentración que no sobrepasan el 50% (por lo general el límite es aun menor).  En Italia y Francia, por ejemplo, sólo se permite la concentración a un sólo grupo de hasta el 30% y 20% del mercado respectivamente; en Italia, el grupo más importante es RCS MediaGroup, la que administra dos periódicos “Corriere della Sera” y “Gazzetta dello Sport”, y constituye el 19,1% del mercado italiano, mientras que en Francia “Le Monde”, “Le Figaro” y “L’Equipe”, representan el 19,5% de la prensa; En Alemania, el grupo mayoritario tiene el 17,8%. En Suecia, la concentración de un sólo grupo llega al 41,1% mientras que en el Reino Unido, mencionado por El Comercio como ejemplo de su exitosa pluralidad, el grupo líder, la News Corporation, la que maneja los diarios “Sun” y “The Times”, domina sólo el 32,3% del mercado. En el Perú, en cambio, sólo queda el 20% para los demás: El 80% está bajo el control de un solo Grupo.




"En Perú21 creemos que todo esto no es sino una típica alianza entre un gobierno (con claras simpatías hacia regímenes autoritarios, como expresó en las exequias del dictador Hugo Chávez) y un grupo editorial que busca ganar, por el poder político, lo que no ha sabido ganar en las preferencias del público. Son afines, ideológicamente, y buscan objetivos políticos comunes. Los resultados saltan a la vista: en esta campaña empresarial han subordinado su independencia para lograr el respaldo del poder político. Neutralizar a un grupo editorial independiente, como es el Grupo El Comercio, no es sino otra ventaja de esta alianza" 
Juan José Garrido Koechlin 
director del diario Perú21 del Grupo El Comercio







Alan García y el Apra es uno de los sectores que implacablemente defiende a este grupo de comunicaciones. Cabe recordar el testimonio que Alberto Quimper otorgara a la comisión parlamentaria que investigó la interceptación telefónica de la compañía BTR el 28 de noviembre del 2008 a las cinco de la tarde a cargo del presidente del grupo parlamentario, Oswaldo Luizar, y el congresista Walter Menchola y que el periodista Gustavo Gorriti publicara en IDL Reporteros: Alberto Químper: "-(…) Cuando de repente me llamó José Antonio Miró Quesada Ferreyros, (…) que creo que ahora es director de El Comercio, y me dijo 'oye, hermano, quieren sacar una información que te involucra a ti, involucran al gordo Arias Schreiber, involucran a Rómulo León y a unos mexicanos; pero, en El Comercio hemos acordado que no sale nada, pero quiero que sepas que hay esto'" 

Más allá de la veracidad de la declaraciones de Quimper, el Apra como defensor de El Comercio, con su ejemplo nos vuelve a brindar razones para la duda ¿Acaso no es un peligro que en una sola boca esté la decisión de qué va y qué no va al 80% de consumidores según su muy particular forma de ver las cosas y a su conveniencia? 




Carlincaturas



Otros de los argumentos que se esbozan en defensa de dicho acuerdo es ¿Qué hubiese pasado si no fuese El Comercio, sino la República la que hubiese ejecutado la compra? ¿Acaso se daría la misma denuncia, siendo según lo que dicen, la República menos crítica al régimen? Evidentemente dichos argumentos apuntan a que detrás de los cuestionamientos a la transacción existe sólo interés de parte e interés político (por la línea editorial del medio) asegurando que de haber sido el otro postor el comprador final, no habría denuncia, ergo, no debería haber denuncia tampoco en este caso. Asumiendo que la compra no hubiese sido hecha por el Comercio sino por la República, este último grupo editorial hubiese alcanzado el 44.95%  del mercado (El Comercio tenía el 43.9% del mercado hasta antes de la compra) y no hubiese sobrepasado el 50%, asumiendo también "hasta la mitad porcentual del mercado" como el nivel de concentración permitida (Al no haber reglamentación no está señalado el límite aceptable). Sin embargo, con este supuesto escenario, en provincias, es decir, sin tomar en cuenta la capital, la República sí estaría cometiendo acaparamiento de medios con el 62.1% del mercado convirtiéndose en un duopolio con el Comercio. La reglamentación de la norma deberá, ya sea vía judicial o legislativa, contener el rango de evaluación, es decir, si el límite permitido es sólo a nivel nacional o también habrá limitaciones a nivel regional: Eso es debatible y es parte de la disyuntiva que también habrá de resolverse. Pero este "supuesto" no es el caso. Argumentar en defensa de la transacción, que no habría denuncia si La República hubiese ejecutado la compra, no quita que con la adquisición de Epensa, el 80% de los medios pertenezca hoy, fuera de suposiciones, a una sola boca, al Comercio. Esperar que no se respete la constitución porque de haberse dado el otro caso suponen tampoco se hubiera hecho, es risible. Peor aun, el director de la República, Gustavo Mohme, con otras personas del medio, han suscrito una acción de amparo; si esta se resuelve a su favor y determina el 50%, como límite de concentración aceptable, y asumiendo que la suma de su Grupo editorial y Epensa lleguen a un porcentaje mayor al 50% tampoco podría efectuar esa compra, es decir, al resolver este vacío legal perjudicaría también a su representada, ya que de todos los grupos existentes en el Perú, sólo el Grupo El Comercio y el Grupo La República estarían impedidos de adquirir Epensa.




"Se dice que el Grupo El Comercio tiene posición de dominio o un acaparamiento del mercado, pero ¿De qué hablamos cuando hablamos de mercado? En casos de afectación a la libre competencia, resulta crucial determinar cuál es el mercado relevante para, luego, identificar si realmente existe una posición dominante y, finalmente, evaluar si una empresa aprovecha esta para afectar el proceso competitivo y al consumidor dentro de este mercado. Si el Perú tuviese una ley de control de concentraciones, el Grupo El Comercio tendría que haber pedido permiso al Indecopi para comprar Epensa, entonces, el ente estatal tendría que haber realizado un análisis que incluyera determinar el mercado relevante y qué impacto tendría la operación sobre este" 
Gonzalo Carranza
ex director de la revista G de Gestión




El Comercio asegura que el controlar el 80% del mercado no significa una amenaza a la pluralidad, que no constituye acaparamiento ni concentración de medios que deba provocar preocupación, que no hay abuso de dominio y que no hay infracción constitucional, sin embargo resulta curioso que hace apenas dos meses, tres meses después de su adquisición de Epensa, en un artículo publicado el 11 de noviembre del año pasado, irónicamente manifestaba su preocupación por que tres cadenas farmacéuticas poseían el 81.8% del mercado, calificando este hecho como un "agresivo proceso de expansión". Es decir un (01) sólo grupo editorial, uno solo, manejando el 80% del mercado de prensa objetaba que tres (03) cadenas, manejen el mismo porcentaje que ellos en el mercado farmacéutico por, según confesión de parte (relevo de prueba), consolidar un "Abuso de dominio".








"Intercorp, Quicorp y Arcángel son los tres grandes grupos que dominan el mercado de medicinas con prescripción. En conjunto suman 1816 tiendas. El agresivo proceso de expansión de las grandes cadenas farmacéuticas les ha asegurado un amplio dominio del mercado que ellas se esfuerzan en consolidar abriendo más locales (...) Sin embargo, existe regulación en el Perú que podría evitar el abuso de la posición de dominio" 
Diario El Comercio
lunes 11 de noviembre del 2013



¿Dónde quedó eso de "están penalizando el éxito", "problema de privados"? El Comercio concluye su artículo sobre las farmacias diciendo "Sin embargo, existe regulación en el Perú que podría evitar el abuso de la posición de dominio". Lo que no existe en el caso de la prensa y constituye por lo mismo, un vacío legal.

Ahora, si bien es cierto la constitución no permite el abuso de la Concentración de medios, que la constitución es clara al decir que "El Estado combate toda práctica que limite la libre competencia y el abuso de posiciones dominantes", que una transacción que permita que casi todo contenido e información (80%) que constituye el balance y el contrapeso al poder salga prácticamente de un solo pensamiento, es inconstitucional ¿Por qué entonces se ha permitido la ejecución de la compra? Porque la Constitución, que prohíbe taxativamente el monopolio y salvaguarda la competencia en contra de la concentración de medios, no tiene una ley, en el caso de la prensa escrita, que defina a la norma en cuanto a sus alcances y límites (a diferencia de la prensa escrita, la Radio y la televisión se regulan bajo la Ley de telecomunicaciones y la Ley de Radio y Televisión Ley N° 28278), así como las medidas a tomar en caso no se cumplan, es decir, la prensa no está regulada ni reglamentada por lo que la norma constitucional no se le puede aplicar. Al no estar reglamentada no define el límite máximo de concentración, si es de 40%, 50%, o 60%, pero es evidente que un 80% del mercado supera con creces cualquier concepto de acaparamiento o concentración aceptable y podría constituir una infracción constitucional. Por esto mismo, el vacío legal debe ser corregido. Este no es un problema sobre derechas e izquierdas, ni de alianzas entre grupos editoriales con el gobierno, ni tampoco sobre el acecho de los fantasmas de Velascos, Chávez ni Correas (que cada vez que una opinión contraria se hace escuchar, aparecen satanizados para generar miedo en sus palabras) a punto de clavar sus maléficas garras sobre el contenido y la dirección política de un medio, como tanto se han esmerado en convencer El Comercio y allegados para llevar el debate a otro contexto (eso no significa que no haya algún desubicado que aluda al control de contenidos y quiera subirse al coche); este es un problema que define el derecho de todos por encima del derecho individual, este es un problema que determina para los Grupos editoriales, quienes en todo su derecho lucran con la información, límites en favor de la pluralidad y el derecho a la información que tenemos todos los peruanos, este es un problema en el que hay que determinar los lindes que garanticen a la población su derecho constitucional a tener acceso a la mayor variedad de fuentes de información y opinión para su beneficio.

¿Es válido, como ha insistido el presidente, llevar este debate al pleno? En principio, es el Congreso al que le corresponde legislar al respecto, sin embargo son también válidos los cuestionamientos a este recurso en el contexto político en el que nos encontramos ahora. No es novedad que la postura de el Grupo El Comercio represente a un sector político en donde se ubican mejor el fujimorismo (No fue casualidad ver en el 2000 a una Martha Meier Miró Quesada postulando en la lista de Fujimori) o el aprismo, antes que el oficialismo al que, con todo derecho, ha sido crítico. Una intervención del legislativo dada la controversia entre ambos grupos podría, aun sin serlo, convertirse o ser percibida como una afrenta o peligro a la libertad de expresión en contra de los medios de opinión opuesta y crítica al gobierno. Cabe recordar que hay una acción de amparo suscrita por varios periodistas que abren las puertas a otra posibilidad. El Artículo 139 de la constitución señala lo que se debe hacer en caso de que una ley no esté reglamentada, es decir, en caso de que exista el vacío legal como el de la concentración de medios escritos: “Los jueces no pueden dejar de impartir justicia, por vacío o deficiencia de las leyes. En cuyo caso deben aplicar los principios generales del derecho y del derecho consuetudinario”, es decir, el vacío legal que existe en la regulación de la prensa, no impide ni justifica no haya un proceso que haga valer la constitución y que a la larga constituye jurisprudencia para resolver este tipo de controversias que, como en esos países de libre mercado que tanto se mencionan, regule el acceso de los medios al mercado garantizando el pluralismo y la democracia. Al respecto, ya hay un antecedente en el Perú: Mediante acción de amparo, hace unos años se demandó al Tribunal Constitucional resuelva una controversia sobre frecuencia de radios. Las radios pretendían que se amplíe la concentración a más del 20% que tienen hoy. El TC, teniendo en cuenta el límite de las frecuencias, determinó que el 20% se quedaba tal cual como nivel de concentración aceptable justamente para defender lo establecido en el artículo 61 de la Constitución.




(Foto: La República) Los ocho periodistas que optaron por una acción de amparo



Por años la historia nos ha enseñado que el abuso del dominio así como de la concentración de medios favorece, en desmedro de la población, a estados autoritarios y a grupos de poder, a consolidar su línea política como la única opción sin lugar para otras corrientes de opinión, mermando el derecho constitucional a la diversidad de información y opinión que contribuyan con la propia. Esto es un peligro en cualquier estado democrático.




"Una sociedad democrática es aquella donde el ciudadano común puede disponer de la más amplia variedad posible de fuentes de información y de opinión a su alcance" 
Ronald Gamarra
Abogado



Sigamos apostando por intentar ser una sociedad democrática, esa que tanto ha costado y sigue costando.





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